Listas con subas de hasta 7,5% en productos de consumo masivo volvieron a circular en los supermercados y comercios esta semana. Desde principios de mes hubo intentos de remarcaciones que quedaron en suspenso por la caída de las ventas. Mientras tanto Javier Milei y Toto Caputo buscan llegar con la inflación contenida a las elecciones bonaerenses.
La tensión se hizo sentir en mayoristas y supermercados, que reconocen haber recibido las nuevas listas, aunque en muchos casos optaron por diferir su aplicación.
Una inflación en dos tiempos
La tercera semana de agosto mostró que los precios venían relativamente moderados. Según el relevamiento de Analytica, los alimentos y bebidas en el Gran Buenos Aires aumentaron 0,7% en la semana, con un promedio mensual de 1,5% y una proyección de 1,8% para todo el mes. Frutas (+3,5%) y bebidas (+2%) lideraron las subas, mientras que pescados y mariscos retrocedieron 3,8%.
En la misma línea, Eco Go marcó que en la cuarta semana los alimentos apenas se movieron 0,3%. En el acumulado mensual, sin embargo, la proyección ya trepaba al 2,1%, con una medición punta a punta de 2,8%. “A pesar de que la inflación en alimentos fue menor a la esperada, la suba en el resto de las categorías mantuvo el indicador”, advirtió la consultora.
Los datos de LCG fueron similares: en la tercera semana de agosto los alimentos subieron solo 0,1%, con bajas en carnes (-1,8%) y lácteos (-0,8%) que compensaron aumentos en bebidas, verduras y panificados. Pero la tendencia de fondo mostró una aceleración: en las últimas cuatro semanas la inflación promedio trepó al 1,6% mensual y la medición entre puntas llegó a 2,8%.
Mientras los promedios suavizan la curva, las listas de aumentos enviadas por empresas de consumo masivo anticipan un traslado a precios que quedó en pausa, pero que amenaza con hacerse sentir de inmediato cuando pase la contienda electoral.
Empresas que aprietan el acelerador
El menú de aumentos sectoriales da cuenta de la presión contenida. Una fuente de un mayorista confirmó que los aceites subieron 7,5% en promedio y que, aunque el consumo de helados está en baja en invierno, se decidió aplicar un 16% de incremento para “preparar la temporada de verano”.
Otras firmas siguieron la misma lógica: Arcor aplicó subas de entre 3% y 5%, La Serenísima del 4%, Danone del 3,5%, Mondelez del 7% a 9%, Unilever del 8% y SC Johnson y Softys de. 7%. A este cuadro se suman aceiteras como AGD y Cañuelas, con alzas del 5%.
En supermercados del conurbano, la canasta de primeras marcas reflejó ajustes: pastas secas entre 5% y 7%, pan rallado cerca del 7%, gaseosas con 4,6% de incremento y productos de panificación con subas en torno al 3%, tal como publicó el economista Hernán Letcher en la red Twitter. Son números que muestran que la pulseada por los precios no está resuelta, sino diferida.
Consumo planchado y dólar importador
La variable que modera, por ahora, el traslado pleno a precios es la caída en la demanda. “La demanda sigue planchada como el mes pasado y eso es crucial para atenuar el traslado a precios”, señaló a este medio la directora ejecutiva de Qualy, Anastasia Daicich. Pero marcó una diferencia en relación con julio: “A nivel mayorista los productos importados vienen con aumentos y eso puede presionar hacia adelante”.
El dato es clave porque, luego del salto del dólar oficial del 14% en julio, las grandes alimenticias comenzaron a actualizar sus listas para protegerse de un eventual nuevo movimiento cambiario.
En supermercados mayoristas reconocen que recibieron remarcaciones, pero la mayoría fueron rechazadas en góndola con el argumento de que “no están dadas las condiciones de mercado”.
El factor regulados: nafta, transporte y energía
Aun con la pulseada en alimentos contenida, los regulados aportaron lo suyo. YPF aplicó en Córdoba cuatro aumentos en apenas 11 días, llevando la nafta de $1.313 a $1.383 (+5,3%).
En el AMBA, la suba en transporte, electricidad, gas y agua también sumó presión. Según el CEPEC, tras el 1,9% de inflación de julio, la proyección para agosto oscila entre 2% y 2,5%, con foco “en regulados y alimentos más que en el dólar”.
Política en góndola
La provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral del país, vota el 7 de septiembre. Evitar que las familias lleguen a las urnas con aumentos frescos en la góndola es la obsesión de la Casa Rosada.
“Todo el arco del sector empresarial desea que el Gobierno obtenga un buen resultado en las elecciones”, admitió una fuente cercana a las alimenticias, que al mismo tiempo dijo que la estrategia fue postergar los ajustes hasta después de los comicios. En paralelo, las cadenas remarcan que la orden es esperar.