El presidente ruso Vladimir Putin afirmó que Rusia no solo enfrenta conflictos geopolíticos, sino una guerra espiritual y cultural contra el satanismo, lo oculto y la brujería, a los que señaló como fuerzas destinadas a confundir a las personas, sumergirlas en la oscuridad y destruir progresivamente la psique y la moral humanas; según Putin, estas corrientes actúan de manera sutil pero profunda en la sociedad moderna, erosionando valores, identidad y conciencia colectiva, por lo que advirtió que deben ser combatidas con firmeza, pero también “con cuidado”, subrayando que esta lucha no es solo militar o política, sino ideológica, moral y espiritual, y forma parte —según su visión— de una confrontación más amplia entre civilizaciones y sistemas de valores en el mundo actual.
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